Joaquin Sabina
"La tormenta"

Yo tuve un gran amor durante un chaparr�n
y sent� aquella vez tan intensa pasi�n
que ahora el buen tiempo me da asco
cuando el cielo esta azul no lo puedo ni ver
que se nuble ya el sol, que se ponga a llover,
que caiga pronto otro chubasco.
Confirmando el refr�n una noche de Abril
la tormenta estall�, mi vecina febril
asustada con tanto trueno
brinc� en un santiam�n del lecho en camis�n
y se vino hacia m� pidiendo protecci�n.
- Auxiliem� usted, sea bueno
abram� por piedad que estoy sola y no s�
si podr� resistir, mi marido se fue
pues tiene entre otros muchos fallos
que en las noches as� abandona el hogar
por la triste raz�n de que va a trabajar,
es vendedor de pararrayos -
Bendiciendo al genial Francklin por su invenci�n
en mis brazos le di curso a su petici�n
y luego el amor hizo el resto
mira t� que instalar para rayos por ah�
y olvidarte poner en tu casa, caray
cometiste un error funesto.
Varias horas despu�s, cuando al fin escamp�
ella se hubo de ir, pero antes me cit�
para la pr�xima tormenta
- mi esposo va a llegar y si en casa no estoy
se me va a resfriar, as� que ya me voy,
a secarle la gabardina -
Desde entonces jam�s he dejado el balc�n
no hago m�s que poner la m�xima atenci�n
en Cirruscumulos y Estratos
la menor nube gris me colma de placer
Aunque ha decir verdad s� que no han de volver
tan torrenciales arrebatos
A base de vender palitos de metal
su marido reuni� un pingu� capital
y se hizo multimillonario y a vivir la llev�
a un imb�cil pa�s donde si se oye llover
ser� porque haga pis alg�n ni�o del vecindario.
Ojal� mi canci�n llegue al Sahara aquel
a decirle que yo le ser� siempre fiel
que la llevo dentro del alma
que aunque sople el Sim�n
con seca realidad un d�a nos va a reunir una gran tempestad
tras la que no vendr� la calma.